Me encontraba paseando en mi bicicleta playera rodado 26 color amarilla. Entre pedal y pedal me fui acercando al Club Champagnat. Después de pensarlo unos minutos y al notar que se estaba jugando aquel deporte que me fascinaba de chico decidí entrar a ver un poco. Estacione mi bici contra la reja de la cancha nombrada nro. 2, en la esquina contraria a los vestuarios contra el estacionamiento.
De a poco me fui caminando hacia el lado donde se encontraba la mayoría de la gente, contra las casas. Me encontré con un personaje simpático y muy carismático de rulos a quien llamaban “El Turco” que me indico que estaba por dar comienzo el partido de la M16 de Champa contra Biei.
Lo primero en llamarme la atención fue la seriedad que se veía en las caras de estos chicos que entraban a la cancha con remeras apretadas. Menciono esto porque soy de una época en donde al rugby jugábamos con camisetas sueltas y no chupines, en donde el juego dentro de la defensa se llamaba juego dentro de la defensa y no Offload, en donde proteger la pelota con el cuerpo se llamaba proteger la pelota con el cuerpo y no Chesting. Todos términos que fui aprendiendo por escuchar a un grupo de padres que parecían entrenadores los cuales miraban el partido desde afuera de la cancha y no desde el banco de suplentes, como queriendo mostrarle a los chicos que este deporte es de ellos y de nadie más.
Había uno en particular muy gracioso que medía como 2 metros 10 o algo así, él me comento que este equipo venia invicto después de ganarle a rivales como Monte Grande, Los Tilos, San Martín y el último fin de semana a Regatas en Bella Vista. No lo pensé mas, agarre mi teléfono y le escribí a mi familia “No me esperen a comer, me quede viendo rugby”.
El partido se dividió en dos grandes lecciones de juego. Un primer tiempo de ataque y un segundo tiempo de defensa y contraataque.
Champa inicio atacando por todos los medios, proponía el juego en campo rival y manipulaba a la defensa en todos los sectores de la cancha. La pareja de centros imponía condiciones atacando profundo y desplegado según la situación, dándole juego a los tres del fondo que con su velocidad lograban evadir rivales y poner el juego bien arriba. El nueve sacaba la pelota rápidamente de los rucks para dar juego a los delanteros quienes lograban avanzar y proponían offloads ante cada duelo. Los puntos no tardaron en llegar y rápidamente el equipo blanquiazul se encontró en ventaja. Los de Camino Bancalari intentaban salir de su campo utilizando el pie pero el 15 de Champa con la complicidad de sus wings volvían a poner el juego adelante.
El segundo tiempo fue todo lo contrario, el equipo azul tuvo mayor posesión pero el tackle y la presión que ejercían los defensores fueron dinamitando las ganas de jugar de la visita. Probaron jugar corto y se encontraron que no podían avanzar, quisieron tirar la pelota a las puntas y perdían la pelota. Mientras tanto, ante cada pelota recuperada el equipo local lograba marcar puntos y volver festejando.
Finalmente el partido finalizo 33 a 0, los equipos se saludaron entre si y cuando me estaba acercando a mi playera pude notar un gran gesto de los chicos formando un pasillo donde aplaudían y felicitaban despidiendo al rival.
Si el Domingo próximo llegan a tener la mañana libre los invito a acercarse a San Isidro, donde el equipo de Estancias del Pilar se medirá ante el SIC para conservar la punta, continuar mejorando el juego y como siempre, divertirse jugando el deporte más hermoso del mundo. Nos vemos ahí!!
El Viejo de la Colina
Formación
1- Di Tullio
2- Ventura
3- Polchevsky
4- Zubiaurre
5- Gurruchaga
6- Bello
7- Chiesa
8- Basualdo
9- Ficks
10- Imbrosciano
11- Podingo
12- Centeno
13- Botazzi
14- Larrouy
15- Cotter
